Una cosa por otra

¿Qué hago?¿Qué hago? ¿Qué hago?… una apuesta. Al final, todo es una apuesta y tengo mucha buena suerte. Lo sé, porque siempre me encuentro tréboles de cuatro hojas. Una apuesta con todas las de perder, de esa forma ganaría su atención. Tendría que pagarle eventualmente y eso era una oportunidad. Así lo hice. Perdí, como predije. El punto es que tengo buena suerte en el juego, no en el amor.

 

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